¿Voy a perder mi casa o mi coche si me acojo a la Ley de Segunda Oportunidad?
1. La regla general: proteger al deudor de buena fe
La Ley de Segunda Oportunidad busca un equilibrio entre los intereses de los acreedores y el derecho del deudor de buena fe a rehacer su vida. Eso significa que no siempre es necesario “perderlo todo” para conseguir la exoneración.
La vivienda habitual y el vehículo que se utilizan para trabajar o para la vida diaria pueden, en determinados supuestos, mantenerse dentro de un plan de pagos razonable, si ello es viable y compatible con el resto del procedimiento.
2. Vivienda habitual y préstamo hipotecario
La cuestión clave no es tanto “si se pierde la casa” como si es sostenible o no la hipoteca con los ingresos reales de la unidad familiar.
- Cuando la cuota es asumible y existe voluntad de conservar la vivienda, se puede plantear un plan de pagos que la mantenga.
- Cuando la hipoteca es claramente inasumible, puede ser más realista reestructurar la situación, incluso valorando la entrega del inmueble para liberarse de la carga.
En ambos escenarios, el objetivo es evitar que la familia quede atrapada indefinidamente en una hipoteca imposible de pagar.
3. Vehículo y medios necesarios para trabajar
El vehículo suele ser un bien esencial, especialmente para autónomos o personas que lo necesitan para desplazarse al trabajo. En muchos casos, el coche puede mantenerse siempre que:
- No tenga un valor desproporcionado respecto a la situación del deudor.
- Sea razonablemente necesario para obtener ingresos o para la vida diaria.
- El coste (cuota o mantenimiento) sea compatible con el plan de pagos, si lo hay.
El análisis siempre se realiza caso por caso, valorando la utilidad del vehículo frente al beneficio que obtendrían los acreedores con una eventual venta.
4. ¿Qué pasa con otros bienes no necesarios?
Bienes que no son esenciales (segundas residencias, vehículos de alta gama, inversiones, etc.) suelen tener un tratamiento diferente. La lógica del sistema concursal es que esos activos se utilicen, cuando proceda, para atender parcialmente a los acreedores.
A cambio, el deudor puede aspirar a una exoneración amplia de las deudas restantes, lo que a medio plazo suele ser mucho más valioso que mantener bienes cuyo coste es inasumible.
5. Importancia del diseño del plan de pagos
Cuando se opta por un plan de pagos, su diseño es clave para mantener los bienes necesarios sin comprometer la viabilidad del deudor. Debe ser un plan realista, proporcionado y compatible con la normativa.
En nuestro despacho analizamos la situación familiar (ingresos, gastos fijos, cargas) para proponer al juzgado un plan que tenga sentido en la práctica, y defendemos la conservación de la vivienda o del vehículo cuando jurídicamente es defendible.